viernes, 19 de enero de 2018

EL REALISMO


El Realismo pictórico, es un movimiento que intenta plasmar objetivamente la realidad. Se extiende a todos los campos de la creación humana aunque tuvo una importancia especial en la literatura. En el caso concreto de las artes plásticas, el realismo consigue la máxima expresión en Francia, casi exactamente, en la mitad del siglo XIX, cuyo principal representante es Gustave Courbet.

El realismo es un término confuso y de muy difícil definición en lo que respecta a las artes plásticas; en general, sólo alude a una cierta actitud del artista frente a la realidad, en la que la plasmación de ésta no tiene que ser necesariamente copia o imitación, aunque sí ajustarse a una cierta visión generalizada. El manifiesto se basaba en lo siguiente:
  • La única fuente de inspiración en el arte es la realidad.
  • No admite ningún tipo de belleza preconcebida. La única belleza válida es la que suministra la realidad, y el artista lo que debe hacer es reproducir esta realidad sin embellecerla.
  • Cada ser u objeto tiene su belleza peculiar, que es la que debe descubrir el artista.



AUTORES REALISTAS

Gustave Courbet
(Francia, 10 de junio de 1818- Suiza, 31 de diciembre de 1877)


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Pintor francés que inició la tendencia realista en la pintura del siglo XIX. Escandalizó al público con su nueva visión realista en cuadros sobre hechos cotidianos, como en L'après diner a Ornans, El entierro en Ornans o Los paisanos de Flagey volviendo del campo, en los que los personajes están representados con toda su vulgaridad, o con una sensualidad comprometedora.

En 1846 planeó con Bouchon un manifiesto contra las tendencias romántica y neoclásica. El realismo de Courbet, fuertemente influido por los ambientes revolucionarios del siglo XIX, era una protesta contra la estéril pintura academicista y los motivos exóticos del Romanticismo.

Los cuadros de Courbet despertaron admiración y rechazo por su imagen realista de la vida de personas sencillas.

Rechazado en la Exposición Universal de París en 1855, Courbet abrió una exposición propia junto a aquélla, que tituló "El realismo". La obra capital era el enorme cuadro El estudio del pintor. La presentó como una "alegoría realista": el artista creador en el centro está rodeado por dos grupos de personas de su vida; por un lado los sencillos campesinos de su tierra, y por el otro los amigos parisinos del autor.


OBRAS


Jean-François Millet

(Gréville-Hague, Francia, 4 de octubre de 1814 - Barbizon, Francia, 20 de enero de 1875)

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Nació en una familia de campesinos de Normandía y, gracias a una beca, pudo estudiar pintura en París, en el estudio de Delaroche. Sus primeros retratos y cuadros mitológicos nada tienen que ver con sus posteriores obras de tema campesino, en las que se enaltecen la vida y las ocupaciones diarias de las gentes que trabajan en el campo. Con estas creaciones con un profundo sentido de lo cotidiano, abrió el camino al realismo pictórico y dejó un modelo en el que se inspiró, entre otros, Gustave Courbet.

En 1859, El Ángelus le reportó la fama y la fortuna que no había logrado con sus obras anteriores, y ello le supuso salir por primera vez de la pobreza. Esta obra, sin embargo, lo encasilló como un pintor de efectismo sentimentalista, lo cual perjudicó su imagen hasta fechas recientes. 

En Estados Unidos gozó de gran popularidad, al menos hasta mediados del siglo XX. El Museum of Fine Arts de Boston y el Musée d'Orsay de París conservan las mejores colecciones de pinturas suyas.


OBRAS


Honoré Daumier
(Marsella, 26 de febrero de 1808 - Valmondois, 10 de febrero de 1879) 

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Caricaturista, pintor y escultor francés. Destacó sobre todo como caricaturista, con litografías de sátira política, social y de costumbres que aparecieron en publicaciones periódicas. Se cree que realizó más de 4.000 litografías caricaturescas con un trazo muy expresivo, capaz de ilustrar una idea con sólo un gesto o una actitud. 

A partir de 1860 se dedicó también al dibujo, la pintura al óleo y la acuarela. Estas obras, de colorido cálido, composición simplificada y grandes contrastes de luces y sombras, no gozaron del favor del público. Daumier fue valorado tan sólo por algunos entendidos, como Delacroix y Corot, y este último le prestó importantes ayudas económicas para impedir que acabara en la miseria.


Honoré Daumier se estableció en París, donde fue aceptado en su taller por el pintor Lenoir. Daumier criticaba con sus litografías el gobierno represivo de Luis Felipe y representando mordazmente todo aquello que tuviera que ver con el pulso social de París.

Una ley de 1834 decretó la prohibición de cualquier sindicalismo, y el levantamiento obrero que se produjo ante esta medida fue brutalmente reprimido. En pleno enfrentamiento, desde una ventana, un trabajador llamado Lebrun mató a un oficial y, como represalia ante este hecho, los soldados entraron en la casa y asesinaron de modo indiscriminado a ocho hombres, una mujer y un niño. Este suceso fue el tema de una litografía que habría de hacerse muy célebre cuando los ciudadanos de París pudieron contemplarla unos meses más tarde, con el título La rue Transnonain.





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